Por Beatriz Proaño
Qué duda cabe de que las empresas pueden equivocarse en sus mensajes, en sus estrategias, en la elección de sus campañas publicitarias, pero y ¿qué ocurre cuando son las acciones las que generan un daño enorme, irreparable, con graves consecuencias para la sociedad en general, tanto en el presente como en el futuro?
Qué duda cabe de que las empresas pueden equivocarse en sus mensajes, en sus estrategias, en la elección de sus campañas publicitarias, pero y ¿qué ocurre cuando son las acciones las que generan un daño enorme, irreparable, con graves consecuencias para la sociedad en general, tanto en el presente como en el futuro?
Recordarán
todas el desastre producido por el vertido de crudo de la compañía
BP en el golfo de Méjico, allá por el año 2010. He querido traer
al blog este caso, en primer lugar, porque como canaria, este tema lo
tuvimos muy presente ante la amenaza de Repsol de realizar
prospecciones petrolíferas a menos de 60 kilómetros de las costas
de Fuerteventura; y, en segundo lugar, por la repercusión mundial
que tuvo el desastre. Como consecuencia de esto, existe mucha
información al respecto no solo desde un punto de vista técnico o
legal, sino también desde el prisma de expertos en comunicación
corporativa que han aportado sus opiniones a cómo se gestionó esta
«crisis del vertido ».
Adjunto
este enlace
de Expansión. Vale la pena leerlo y analizar los errores que, según
los expertos más relevantes del sector de la comunicación, se
cometieron después del fatal desenlace.
Recientemente,
la
compañía ha aceptado abonar la multa de 20.800 millones de
dólares que la fiscalía americana le ha impuesto. Con esta sanción
no solo se está reponiendo económicamente el daño ocasionado, sino
que también se destinará una buena parte a la inversión en
energías sostenibles que refuercen las economías del golfo a largo
plazo.
A
pesar de la tragedia, parece que cinco años después, este accidente
se podrá ver como una oportunidad de enfocarse hacia una nueva
economía, más coherente con el medio ambiente y que no ponga en
peligro los recursos naturales de la zona.
BP
ha asumido su responsabilidad, pagará su multa y seguirá su
trayectoria como multinacional que ofrece «servicios y productos
relacionados con el sector de la energía », sin embargo, el
incidente del golfo ha marcado un antes y un después en su misión y
en su visión.
La
compañía ha lanzado una web exclusiva para atender la situación
del golfo, ha designado un director de medios de comunicación
exclusivo para todos los asuntos relacionados con esta web y la
transparencia con la que informa de los objetivos conseguidos en la
regeneración del golfo demuestran que existe una preocupación real.
Parece
que de los errores se ha aprendido, esperemos que nuestros nietos no
vuelvan a ver tragedias de esta magnitud. Dependemos del petróleo, pero da miedo pensar en las consecuencias de su mal uso o mal transporte.
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